miércoles, 24 de agosto de 2016

Niña Sombra - Por Carlos Correa

Este conmovedor documental de María Teresa Larraín narra su propia historia. Un duro camino, un viaje profundo hacia la perdida de la vista, hacia una temida ceguera que va nublando formas y colores, transformando sustancialmente su vida. Mientras ella se queda ciega, nos abre las puertas de su mundo interior para que podamos verlo en toda su dimensión. Las emociones son nítidas, los sentimientos están encontrados y a veces difusos. La cámara de María Teresa Larraín transmite la esencia, aquello que en palabras de El Principito es “invisible a los ojos”. Y esto, indudablemente, es el principal mérito de esta cinta. Su tratamiento es inquieto, la cámara está en permanente movimiento, juega con efectos, sensaciones, planos abiertos y cerrados, nítidos y difusos que logran hacernos parte de lo que podemos imaginar es su visión. La fotografía es preciosa, la composición de imagen bella, la música apropiada y el guión es también otro mundo por descubrir: íntimo y expuesto, delicado y fuerte; tal vez contradictorio.

¿Cómo una persona ciega o con una mínima visión puede filmar una película?, me preguntaba minutos después de salir de la función. La respuesta no se hacía esperar. Beethoven compuso sus últimas obras completamente sordo. Es una paradoja, pero es real. Es cierto, en ambos casos hay una pérdida, un duelo, pero existe la experiencia de haberlo tenido alguna vez. Es diferente a nacer con dicha condición, sin duda. Beethoven tenía la música en su mundo interior. Larraín tiene las imágenes en su propio universo y ha decidido compartirlas con nosotros como también lo hizo el genio musical.

En palabras de la directora “lo más difícil en esta película no ha sido el filmar con muy poca visión sino el encontrar mi punto de vista como directora, es decir, la mirada ciega”. Parece una contradicción, sin embargo su sentido es total. Se refiere a lo diferente que es la percepción del mundo desde una condición particular, cualquiera que esta sea. Esto, tal vez, la impulsa a “descubrir” esta película en la inspiración que le produce acercarse a la vida desconocida e invisible de los vendedores ambulantes ciegos de la Alameda, en Santiago de Chile. Allí comienza este viaje y nace el proyecto. Allí se produce un punto de inflexión luego que la muerte de su madre la trajera de retorno al país que hacía 30 años que la había visto partir a Toronto, Canadá.

María Teresa desnuda su alma en este documental autobiográfico. Su niñez, su extensa familia, sus pasiones, glorias y miserias. Todo está presente en un recorrido vital que inspira a reflexionar. “Acaso ¿solo podemos conocer a través de la mirada?, se pregunta. “Un ser humano es mucho más que sus ojos”, responde con certeza. “Esta será mi última película” dice la voz en off de la directora al comenzar el filme. Es fuerte y cruda dicha declaración. Sin embargo, permítanme dudarlo, María Teresa Larraín tiene aun mucho que aportarnos desde su “mirada ciega”. Es más, tiene el deber de hacerlo, pues con ello entrega dignidad a una condición con la que convivimos pero que sin embargo no sabemos dialogar o bien no sabemos “mirar”.

Ficha técnica 

Niña Sombra
Chile, Canadá, Costa Rica 
2016
75 minutos
Idioma: Castellano, Inglés
Producción ejecutiva: Ed Barreveld, Maria Teresa Larrain
Fotografía: Daniel Grant, Arnaldo Rodriguez
Edición: Ricardo Acosta, Ordan Kawai, Tim Wilson
Sonido: Daniel Pellerin
Producción: Maremoto Productions & Storylinentertainment
Web: shadowgirlfilm.com
Directora: Maria Teresa Larraín

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