miércoles, 2 de diciembre de 2015

Leviathan - Por Juan Pablo Donoso

Una obra rusa, cuyo argumento y personajes hacen posible la metáfora poética de Leviatán. Pravedad y traición camufladas en alegorías y simbolismos.  
  
Para la mitología Leviatán es un monstruo marino, tal vez el mismo Satanás, que bajo la forma de una serpiente enroscada, emerge de las aguas para dividir lo que es bueno, y sembrar la discordia por medio de viles instintos.

En un pequeño pueblo costero junto al Mar de Barents, sector del océano Artico, donde a veces llegan a morir las ballenas, vive una pequeña familia como hay muchas. La componen el padre, Kolya, mecánico de autos, su joven esposa, y un  adolescente, hijo de madre fallecida.

El alcalde es un hombre ambicioso y alcohólico que desea expropiar la casa y el terreno de Kolya para levantar ahí una imponente construcción.  

Kolya, en defensa de su propiedad, invita a un querido amigo, ex compañero en la guerra, que ahora es un hábil abogado, para que venga a defender su causa.

El abogado consigue antecedentes sucios del alcalde que lo perjudican para su próxima reelección.

El alcalde es feligrés del párroco ortodoxo, con quien mantiene una antigua amistad.

A medida que se desenvuelve la causa judicial para impedir la expropiación y despojo de Kolya, los personajes van sucumbiendo a la vulnerabilidad de las pasiones, tanto de ambición, como de venganza y de lujuria. 

Es como si el espectro de Leviatán brotara subrepticio de las olas que azotan los acantilados, y por medio de bellísimos paisajes y sutiles claroscuros, se fuera inoculando en el alma de aquellas personas, sembrando impulsos de alienación, crueldad y prepotencia.

Es sutil la forma en que el autor pone en boca del párroco, un refinado cinismo disfrazado de moral cristiana.

Un mundo que se desploma y corrompe, la opresión de un sistema político, la soledad como último bastión, y la agonía por sobrevivir.

Dos aportes de Philip Glass musicalizan magistralmente la postura existencial del director Andrey Zvyagintsev: “Miremos la vida tal como es, sin hipérboles ni florituras, y saquemos nuestras propias conclusiones”. (Gran admirador de Dostoyevsky, Antonioni y Bergman).  

DENSA  TRAGEDIA  FAMILIAR  RUSA  FILMADA CON DESLUMBRANTE  FOTOGRAFÍA  Y  PENETRANTE ATMÓSFERA. 

Ficha técnica

Drama                                                                                                                
Rusia
140 minutos                                                                                                         
Fotografía: Mikhail Krichman                                                                
Musica: Philip Glass y  Andrey Dergachev                                                                                
Guionistas: Oleg Negin, Andrey Zvyagintsev 
Actores: Aleksey Serebryakov, Elena Lyadova, Roman Madyanov
Director: Andrey Zvyagintsev

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