jueves, 10 de diciembre de 2015

Guagua Cochina - Por Juan Pablo Donoso

Ágil y lúdico lenguaje de cámara y edición. Concuerda con la dinámica de los personajes y con su manera de vivir y comprender la vida. En ese sentido muy bohemia neoyorkina. Pero lo que en un comienzo es la lograda ambientación, interna y vecinal, y sus propósitos de concebir un hijo, en los últimos 20 minutos se transforma en un desquiciado evento policial, sin lógica ni sentido común, que deja el relato trunco – ni siquiera de final abierto – y donde el destino de esos cordiales jóvenes ya ni siquiera nos importa. 

Una pareja de homosexuales masculinos – un blanco y un negro – quieren tener un hijo. Para ello necesitan que una muchacha amiga lo geste en su vientre. Ella está de acuerdo; pero el joven blanco (Sebastián Silva) carece de suficientes espermatozoides. Entonces, y luego de algunas vacilaciones de conciencia por parte del negro, éste acepta y la niña se inocula el esperma fértil. 

Todo parece ir bien, salvo por un vagabundo trastornado mental que molesta a los vecinos del barrio, y que en un momento se pone agresivo. Por defenderse el joven blanco lo golpea en la calle y cree haberlo asesinado. De ahí en adelante, en vez de llamar a la policía y alegar defensa propia, entran todos en una espiral neurótica de pánico que escapa a toda racionalidad narrativa… 

Durante gran parte del desarrollo, cada uno de los personajes se comporta en base a causas y efectos reconocibles. Pero en el sector final, nuestro personaje principal – motivado por el  accidente – se enloquece y adopta un comportamiento errático en el que incluso involucra al resto de sus compañeros. Cuasi delito sin  juicio legal, ni menos de castigo, que termina con muchos jóvenes blancos y negros divirtiéndose en una cancha de patinaje (¿?). Condorito habría dicho “exijo una explicación” para tan violento giro en el discurso dramático… por muy “modernas” y anti convencionales que sean las costumbres de Brooklyn y/o del Greenwich Village, o cualquier otro barrio seudo artístico de una gran ciudad. 

¿Qué nos quiso comunicar el autor con esta fábula? ¿Qué así se ocultan los crímenes en Nueva York?  ¿Que así como conciben una nueva vida destruyen otra impunemente? (¿?).  

PROLIJA  REALIZACIÓN  FÍLMICA  EN  UN  RELATO QUE  SE DESQUICIA  GRATUITAMENTE  AL  FINAL

Ficha técnica

Nasty Baby  
Tragicomedia                                                                                              
EE.UU. – Chile 
101 minutos      
Año: 2015                     
Edición: Sofía Subercaseaux                                                                     
Música: Danny Bensi y Saunder Jurriaans
Actores: Sebastián Silva, Tunde Adebimpe, Kristen Wiig Fotografía: Sergio Armstrong
Director y guionista: Sebastián Silva

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