domingo, 10 de mayo de 2015

Mr. Kaplan - Por Juan Pablo Donoso

Las ideas de fondo que inspiraron al autor y director Álvaro Brechner son más valiosas que la escritura del guión.  

Y por ello el filme resulta más expositivo que emocionante.

Los temas centrales son el envejecimiento, la insignificante mediocridad de la vida, las relaciones familiares, la amistad y el idealismo.

Brechner nos invita a evocar a Don Quijote en la utopía, y  a Sancho Panza en la solidaridad. Ambos incluso presentan aspectos similares en la delgadez estilizada de uno, y en la corpulencia vulgar del otro.

Jacobo Kaplan, cuando tuvo su bar mitzvah a los doce años se sintió invitado a realizar una obra ejemplar. Después de la 2ª Guerra Mundial se radica en Uruguay. Lo encontramos a los 76 años, revisando su existencia y buscando alguna causa noble que justifique su vida. 

Así, inspirado en la gesta de Simon Wiesenthal, famoso cazador de criminales nazis, sospecha que hay un prófugo alemán de incógnito en una playa cerca de la ciudad. Con la ayuda de Wilson, un ex policía abandonado por su mujer e hijos, inicia la observación de su presa primero, y luego comienza a tramar la forma de raptarlo y llevarlo a la justicia. 

Aquí está la semejanza con el Quijote que sale al mundo a la caza de malandrines. Y también la réplica de Sancho quien intenta hacerlo dudar con realismo.

Y, al igual que en la obra de Cervantes, nuestro idealista Kaplan sufrirá las consecuencias de luchar contra molinos de viento, creyendo que eran el enemigo.

El desempeño de los actores y la calidad fotográfica logran muy buen nivel al ponerse al servicio de las motivaciones narrativas. Nuestro compatriota Héctor Noguera, como Kaplan, alcanza unos de sus mejores desempeños actorales: patetismo, mesura y compasión reflejada hasta en sus más pequeños gestos. Néstor Guzzini, como Sancho, emana verdad y sencillez en todas sus escenas. El supuesto nazi, Rolf Becker, con su enigmática postura nos convence que es el misterioso prófugo perseguido. Hay oficio y sensibilidad fotográfica especialmente en los exteriores y en los atardeceres. Así mismo en los primeros planos.  

Si bien el relato va combinando lo patético con lo humorístico – en especial cuando incursiona en un tema tan delicado como el holocausto – es el factor “suspenso” el que denota carencia. Si nuestros personajes se embarcan en una aventura detectivesca, con riesgos y contratiempos, unidos a la oposición  de la familia, el elemento ACCIÓN debió hacerse más patente que tantos diálogos reflexivos.  Además, resultan lamentablemente obvias las réplicas a momentos tan conocidos como el “¿Tú me Amas?” de El Violinista en el Tejado, y a los duelos clásicos de “spaghetti westerns”.

FILME  CON GRANDES  MÉRITOS QUE  PUDO SER  MEJOR CON MÁS  SUSPENSO NARRATIVO.  

Ficha técnica

Tragicomedia,suspenso
España, Uruguay, Alemania
98 minutos
Fotografía: Álvaro Gutiérrez
Música: Mikel Salas 
Actores: Héctor Noguera, Néstor Guzzini, Rolf Becker, Nidia Telles
Director y Guionista: Álvaro Brechner 

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