miércoles, 4 de marzo de 2015

Boyhood, Momentos de una Vida - Por Juan Pablo Donoso

El mérito principal de este proyecto fue filmar durante 12 años la vida de una familia de Texas, registrando – de manera continuada - el crecimiento de los hijos y la maduración psíquica y biológica de los adultos/actores.

La hazaña consistió en conservar, durante todo ese tiempo, a los mismos actores, sin perder  a ninguno, y lograr que todos mantuvieran la fidelidad a la evolución de sus personajes ficticios.

 La cinta dura casi tres horas, y la estructura del guión es lineal y sin momentos de extremo dramatismo.

Es, precisamente, en el bajo perfil del acontecer cotidiano  donde radica el mayor desafío de esta obra: denunciar el paso del tiempo en las personas, las naturales evoluciones del acontecer diario, y lograr el interés del espectador en forma continuada.

Por mucho que un relato intente parecer una simple “convivencia” con sus personajes, de todos modos la estructura argumental requiere de antiquísimos principios dramáticos – ya enunciados por Aristóteles en su Poética – para lograr la necesaria catarsis en el espectador. Si falla esto, se incurre en el viejo peligro de “aburrir aburriendo” en vez de resaltar poéticamente la tragedia del “tedio existencial”, que jamás perderá fuerza ni vigencia.

BOYHOOD tiene hermosos momentos familiares – en especial durante la primera hora – algunos diálogos precisos y sensibles, honestas y sólidas actuaciones, y fluido manejo de cámara. Sin embargo, por la carencia de ascenso progresivo dramático, sin  clímax intermedios  menores que nos fueran conduciendo a la gran crisis y clímax final, la última hora y media se empieza a sentir pesada, reiterativa, casi vacía, para culminar en una resolución abierta y carente de emoción.

Tal vez detrás de este largo relato nos quieren decir que la vida pasa rápida, y que a pesar de la lucha por alcanzar ciertos  ideales, al final todo tiene poco sentido, y sólo nos queda seguir  respondiendo a los retos de cada momento, hasta envejecer y morir. 

Pero si un  discurso dramático sólo tiene simpatía, y  falta el adecuado manejo de la EMOCIÓN, la sola exposición de la VERDAD es insuficiente para mantener absorto al espectador durante tanto rato.

NOTABLE  HAZAÑA  AUDIOVISUAL  PARA  TESTIMONIAR  EL  PASO DEL TIEMPO, PERO QUE  SE  TORNA  MONÓTONA  POR  FALTA  DE PROGRESIÓN   DRAMÁTICA.   


Ficha técnica

Director y Guionista: Richard Linklater 
Actores: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater 
Fotografía: Lee Daniel y Shane F. Kelly 
Edición: Sandra Adair
Vida familiar - Maduración
EE.UU. – 165 minutos

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