miércoles, 23 de julio de 2014

Casi un gigoló - Por Musia Rosa

La combinación de una trama entretenida, diálogos ingeniosos y personajes singulares, producen una historia hilarante y creíble, gracias a las brillantes actuaciones, especialmente las de John Turturro y Woody Allen, que componen una dupla insuperable  para hacernos reír como Fioravante y Murray, dos amigos que buscando solución a  problemas económicos que los afligen, deciden por insistencia de Murray, dedicarse a la profesión más antigua del mundo, Fioravante será el gigoló y Murray su representante.

La sociedad comienza a actuar exitosa e inteligentemente manipulada por Murray, soslayando los problemas con la comunidad judía a la que pertenecen ambos y que algo raro sospecha, hasta que Fioravante se enamora y parece que el negocio de sexo con dinero más amor se empieza a complicar.

Aunque algunas escenas pueden estar al límite de lo porno, no son más que anécdotas del trabajo de un gigoló, miradas con el prisma del humor, además finalmente prevalece el amor, como contenedor de emociones, sexo y sentimiento.

La selección e integración de variadas piezas musicales al desarrollo del argumento, mas la ausencia de ellas en algunas escenas, es un indiscutible acierto para crear la atmósfera precisa y el ritmo necesario a una historia liviana de 90 minutos, que provoca también una pequeña reflexión sobre la amistad, la soledad y el amor, aunque no vale la pena hurgar más allá de lo que pretendió o no pretendió decir el autor, sólo hay que gozarla como un pequeño e irresistible divertimento en medio de  tanto cine ampuloso y violento.                            

Película dedicada especialmente para los que aprecian el inconfundible estilo de Woody Allen, ostensiblemente presente en esta película de John Turturro.
Ficha técnica
Título original: “Fading Gigolo”
País: EE.UU.
Año: 2014
Distribuidor: BF Distribution
Calificación: 14 años
Género: Comedia
Duración: 90 minutos
Elenco: Woody Allen, John Turturro, Sharon Stone, Vanessa Paradis, Sofía Vergara, Live Schreiber.
Director: John Turturro

Casi un gigoló - Por Juan Pablo Donoso

Es difícil deducir qué nos quiso comunicar el carismático actor John Turturro con esta cinta que protagonizó, escribió y dirigió.

Incluyó como co-protagonista a Woody Allen quien se comporta y razona con la misma agudeza que en la mayoría de sus propias películas.

 Si bien la autoría de esta obra es de Turturro, el tratamiento fotográfico, la compaginación de secuencias, los escenarios y hasta las canciones denotan una fuerte influencia de Allen.

Es como si Turturro hubiera querido imitar a su maestro, teniéndolo como actor en esta réplica.

Pero el relato resulta menos efectivo y brillante que los filmes de Allen. Ojalá Turturro, quien ha participado antes en obras de magníficos directores, encuentre su propio lenguaje de expresión.

Un anciano librero deberá clausurar su antigua librería en Brooklyn porque ya muy pocos disfrutan de la lectura. Su dermatóloga (Sharon Stone) le confidenció que deseaba experimentar un menage a trois  para superar la monotonía de su vida matrimonial. Y le preguntó a Murray (Woody Allen) si conocía algún hombre interesado en satisfacerla. Murray le propone la misión a su joven amigo Fioravante (Turturro), y este, acosado por deudas, accede. Se inicia así, administrando al joven como gigoló de mujeres adineradas, un floreciente negocio para ambos.

Como esto sucede en un barrio judío de Nueva York, una viuda de la secta jasídica acepta ponerse en manos de Fiaravante como masajista. Entre ellos surgirá una atracción afectiva difícil de concretar debido al rigor de la ortodoxia judaica. La viuda se siente sola y carente de compañía; Fioravante emerge como una luz de posible realización sentimental. Pero el rigor de las normas judías ancestrales resulta más fuerte, y la mujer (Avigal – la cantante Vanessa Paradis) opta por un policía hebreo que siempre la amó.

Cuando Fioravante, decepcionado, le comunica a su empresario Murray (Allen) que desea abandonar el negocio sexual, la presencia de una francesita en un café lo hacen cambiar de opinión y seguir con la empresa.

¿Qué reflexiones, o críticas, están en juego en esta tragicomedia? Si quiso denunciar la rigidez de ciertas tradiciones, versus la realización de amores auténticos, el exceso de divagaciones secundarias y seudo- irónicas, debilitan semejante propósito.

SUGERENTE FACTURA, A LA MANERA DE LOS FILMES DE WOODY ALLEN, SUCUMBEN BAJO UN GUIÓN DE MÉDULA DÉBIL Y DISPERSA.    

Ficha técnica

Título original: “Fading Gigolo”
País: EE.UU.
Año: 2014
Distribuidor: BF Distribution
Calificación: 14 años
Género: Comedia
Duración: 90 minutos
Elenco: Woody Allen, John Turturro, Sharon Stone, Vanessa Paradis, Sofía Vergara, Live Schreiber.
Director: John Turturro

La Danza de la Realidad - Por Juan Pablo Donoso

Este último filme de Alejandro Jodorowski abunda en méritos:
El primero de ellos es haber conseguido un presupuesto de US$ 3.000.000 de dólares para realizar una superproducción en Chile. Y el dinero fue bien aprovechado.

La cinta tiene universo poético propio, y el autor lo ha mantenido en todas sus películas a lo largo de muchos años.
El relato es fluido y coherente para el espectador.

Como estructura narrativa es una epopeya, plagada de episodios, en que los personajes se van turnando en el protagonismo.
La obra deja sensaciones e imágenes en el recuerdo; lo que revela que fue concebida desde una creatividad orgánica, honesta, y con sólida visión de mundo.

Las alegorías – por muy caprichosas o impactantes que parezcan en un comienzo – son pertinentes como síntesis poéticas cuando se ha recibido el relato completo.

A diferencia de otras creaciones cinematográficas plagadas de metáforas y alegorías – que resultan crípticas y sólo comprensibles para sus autores – en este caso, por fantasiosas o escatológicas que se vean a primera vista, son siempre claras y pertinentes con el proyecto total.

El autor se da el gusto de hacer intervenciones personales que podrían parecer sólo afanes de impresionar, o de figurar en las imágenes; sin embargo resultan livianas y facilitan el flujo de la historia.

Si bien vemos el relato desde los ojos y la sensibilidad del niño nacido y criado en Tocopilla (el mismo Jodorowski en su infancia), el protagonista será siempre el padre – quien pasa de una brutal tiranía hacia su familia a convertirse en un ser dolorosamente humano, cuando vive en carne propia las consecuencias de sus impulsos e ideologías totalitarias. 

La madre – muy eróticamente idealizada por el niño – en vez de hablar, sólo se expresa cantando operáticamente.

“Cuando mi madre – desnuda - se pintó entera de negro dejé de temer a la oscuridad”, dice Jodorowsky.

En todos sus filmes incorpora personas con extremidades mutiladas, que gravitan con fuerza en la trama. ¿Será esto algún resabio subconsciente de su niñez?

Esta vez incluye recursos del teatro Butoh, hasta el punto de contar con la colaboración de Ítalo Tai, máximo exponente de esa expresión físico-teatral en nuestro país.

SURREALISMO AUTOBIOGRÁFICO CLARO, CONMOVEDOR Y AMENO, CON EL SELLO PERSONAL Y MADURO DE JODOROWSKY. 

Ficha técnica

Director y Guionista: Alejandro Jodorowsky
Actores: Brontis Jodorowsky, Pamela Flores, Jeremías Herskovits, Bastán Bodenhöfer, Axel y Adán Jodorowsky
Chile – Francia – 130 minutos

miércoles, 16 de julio de 2014

Transcendence, Identidad virtual - Por Carlos Correa

El doctor Will Caster -Johnny Depp- es un reconocido y reputado científico que trabaja en la creación de una computadora “inteligente” que será realmente única. Su mujer Evelyn -Rebecca Hall-, apoya este trabajo junto al también investigador Max Waters -Paul Bettany-. Debido a las fuertes críticas por el desarrollo tecnológico emprendido por estos investigadores, Will es atacado con una bala radiactiva que le provocará la muerte en menos de 6 semanas. Conocido este hecho, los esfuerzos se centran en intentar introducir la mente de Will en el proyecto para entregarle esta “trascendencia”, eje principal de la cinta.

“Transcendence, Identidad virtual” posee un concepto realmente interesante y que es la discusión ética y moral sobre el desarrollo de la inteligencia artificial, defendida por investigadores y científicos y criticada por grupos contrarios a la dependencia tecnológica cada vez más presente en el mundo actual. En ese sentido, la base argumental del filme es sólida y permite abrir múltiples debates al respecto. El guión, si bien es cadencioso y en ocasiones pierde el ritmo necesario para mantener la tensión de la historia, está bien construido, elaborado en base a buenos diálogos, actuaciones convincentes y a efectos especiales muy bien realizados. El experimento da resultado y Will trasciende su muerte en una inteligencia que comienza a tomar poco a poco el control de toda la tecnología disponible, incluso obteniendo el poder de curar enfermedades, reconstruir objetos y seres humanos, conectándolos a su propia red. El agente del FBI Donald Buchanan -Cillian Murphy, con el apoyo del científico Joseph Tagger -Morgan Freeman, se unen para detener todo esto, pero se ven enfrentados a una realidad que les supera con creces.

El dilema planteado no es menor. La duda razonable si aquella inteligencia es o no la mente del Dr. Caster ronda permanentemente en el desarrollo de la cinta. La búsqueda de un poder cada vez mayor, aunque tenga como fin “salvar el planeta y aprender los secretos del universo”, según las mismas palabras de Will, es algo que provoca un cuestionamiento serio y los esfuerzos se centran en detener una situación que sencillamente será incontrolable e invencible. 

“Transcendence” es una buena película. No resultó excelente básicamente por su desarrollo fílmico, porque elementos argumentales tiene de sobra. Y acá observamos que la dirección de Wally Pfister pudo haber resultado más efectiva, tanto en la edición del corte final como en el ritmo que se le debe intencional a un relato de ciencia ficción. De todas maneras el sabor final es agradable, una temática que cada vez será más abordada, tal vez porque estamos cerca o vivimos ya con una realidad tecnológica que en ocasiones abruma, y que sin duda debe ser la base de un debate profundo y serio sobre un camino que la humanidad debe enfrentar: los valores fundamentales del ser humano, el avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología, la centralidad de la Fe, todo aquello en una ecuación filosófica, ética y moral que debe ser desarrollada por las actuales y futuras generaciones.

Ficha técnica

Titulo Original: Transcendence - Identidad Virtual
Distribuidor: DIAMOND
Calificación: TE+7
Duración: 119 minutos
Género: Ciencia ficción
Año: 2014
País: Estados Unidos
Elenco: Johnny Depp, Morgan Freeman, Paul Bettany
Director: Wally Pfister

martes, 1 de julio de 2014

Cómo entrenar a tu dragón 2 - Por Carlos Correa

Han pasado cuatro años desde la primera entrega de “Cómo entrenar a tu dragón”, película que sorprendió el 2010 a grandes y chicos al momento de su estreno. Con un lenguaje cercano, directo y totalmente basado en valores, la cinta de vikingos y dragones fue un bálsamo para todos quienes disfrutamos del cine de animación. Esta segunda parte, muy esperada por lo demás, no tiene la originalidad de su primera versión, sin embargo se las arregla para sostenerse y entregar 102 minutos de sana entretención. En la isla Berk, ahora conviven fraternalmente quienes antes eran antagonistas, en un ambiente mágico, dulce y alegre. 

Hipo y Chimuelo, amigos inseparables, recorren su entorno buscando nuevos dragones, tal vez con la esperanza de encontrar otro “Furia Nocturna”. En uno de sus viajes conocen a unos cazadores de dragones dirigidos por un hombre llamado Drago Manodura lo que pone en alerta a Estoico, padre de Hipo y líder de la tribu, quien desde ya comienza a preparse para una posible guerra. Hipo no los quiere y vuela junto a su dragón para evitarlo, sin embargo en el camino son conducidos por un extraño y misterioso jinete de dragones a un lugar mágico y encantador. Y el jinete misterioso, resulta ser nada más y nada menos que la madre de Hipo. Contar más de la historia sería revelar muchos detalles y la idea es ver y disfrutar la película sin saber más de la cuenta. 

Dean DeBlois dirige esta segunda entrega con precisión y un ritmo por momentos frenético. La historia tiene un argumento menos denso y las escenas de acción están bastante más presentes. Ya conocemos a los personajes, y los queremos, por lo que no es necesario profundizar demasiado en ello. Ahora, la centralidad se enfoca en la familia -tanto la de Hipo, como la gran familia del pueblo y la gran familia de dragones- como una unidad indivisible donde cada cual aporta fundamentalmente al grupo nuclear. Es muy interesante observar las relaciones construidas sobre ella, la lealtad, el cariño, la confianza y el desarrollo del liderazgo que nuestro pequeño protagonista va adquiriendo en la medida que el metraje avanza.

“Cómo entrenar a tu dragón 2” recrea un ambiente maravilloso, con efectos preciosos y una animación suave, cada vez mejor desarrollada que por momentos parece ser totalmente real. En ese sentido, la técnica está al servicio de una historia que busca rescatar lo positivo, busca la paz donde hay guerra y el amor donde hay odio. Villanos hay, por cierto, pero el bien se impone siempre con humildad y honestidad, dejándonos moralejas y aprendizajes llenos de esperanza y optimismo. Hipo y Chimuelo son nuestros héroes, nuestros líderes, y de ellos podemos aprender mucho. Por ello el desafío ya está planteado: vendrán nuevas aventuras que nos permitan acompañar a nuestros queridos protagonistas en su cruzada por hacer de su mundo un mundo mejor.

Ficha técnica

Titulo Original: HOW TO TRAIN YOUR DRAGON 2
Distribuidor: FOX-WB
Calificación: TE
Duración: 102 minutos
Género: Animada
Año: 2014
País: Estados Unidos
Director: Dean DeBlois