jueves, 26 de diciembre de 2013

Blue Jasmine - Por Carlos Correa

Woody Allen no da tregua a sus 78 años. Con un ritmo vertiginoso y una película filmada cada año, realmente el oficio y maestría para lograrlo es admirable. Su última entrega, "Blue Jasmine", es nuevamente un drama recubierto de esa comedia que sólo Allen puede proponer. Jasmine -Cate Blanchett en un papel construido de forma extraordinaria- es una mujer acostumbrada a los lujos, a los viajes, y a las grandes cenas de la alta sociedad de New York. Su marido Hal -Alec Baldwin- la ha consentido toda su vida, sin condiciones, al menos aparentemente. No obstante, su vida cambia radicalmente pues luego de un giro radical, endeudada y destruida, debe migrar a San Francisco, y llegar a la modesta casa de su hermana Ginger -Sally Hawkins-, mujer trabajadora, separada, madre de dos hijos y con una vida dedicada al trabajo.

"Blue Jasmine" no es sólo la historia de Jasmine y Ginger, ambas hermanas adoptadas por sus padres. Es una historia de vida, de búsqueda de sentido que dos mujeres intentan desde veredas opuestas. Y acá, Allen -el maestro-, sabe perfectamente dar el tono justo al relato, con una mezcla de temporalidad que nunca pierde el horizonte y con un guión excelente, de ritmo creciente y permanente tensión. Cate Blanchett deslumbra con su personaje. Ella es Jasmine, no hay duda. Siempre lo fue y lo será. Conseguirlo así es gracias a su extraordinario talento, el que, unido a la batuta del director, realmente enciende la pantalla y la llena de emoción. Tantos gestos, actitudes, situaciones diferentes, bipolares estados de ánimo, y todo lo que podamos imaginar, pasan por el rostro de una mujer que ha sufrido y mucho. Bajo esa gran capa de apariencias -una coraza casi infranqueable- vive una mujer sensible, que ha querido sobreponerse a la vida y que se ha postergado pensando que ese era su camino. En la otra esquina está su humilde hermana Ginger, una mujer sencilla, trabajadora, sin grandes ambiciones, lo que le permite sobrevivir día a día y leer claramente la realidad que le toca enfrentar. Jasmine es el Cisne; Ginger, el patito feo, pero sólo en apariencia.

Woody Allen tiene un sexto sentido para retratar a las mujeres. Sus personajes femeninos están llenos de una carga emocional tremendamente fuerte. En cambio los hombres o son sustanciosos proveedores o bien elementos decorativos que sólo cumplen provocando conflicto. Las mujeres son, en general, quienes sostienen los relatos, quienes llevan la responsabilidad sobre sus hombros y en quienes se puede profundizar hasta las raíces mismas del alma.

"Blue Jasmine" es una excelente película. Es bueno no saber más de la historia porque podrían perderse algunos detalles y adivinarse parte de la historia. Sin embargo, acá la historia no es lo fundamental. La composición, la forma de desarrollar la trama y la humanidad de sus protagonistas es el verdadero centro. Es lo que nos hace despegar de la butaca y pasar a ser parte del relato, sufrir y gozar con sus personajes; aquello que siempre esperamos del cine y que es cada vez más escaso. En esto, Allen, con puntos más altos y puntos más bajos, en general no decepciona com su filmografía. Su sello personal, su lectura de la realidad y su traspaso a la pantalla grande son notables, con una fuente inagotable de creatividad y originalidad. Ojalá nos siga entregando mucho más en los próximos años, porque su lenguaje cinematográfico, visual y emotivo, tendrá siempre ansiosos espectadores esperando disfrutar y admirar su trabajo.

Ficha técnica

Titulo Original: Blue Jazmine
Distribuidor: BFD
Calificación: 14 años
Duración: 98 minutos
Género: Comedia - Drama
Año: 2013
País: Estados Unidos
Elenco: Cate Blanchett, Alec Baldwin, Peter Sarsgaard
Director: Woody Allen

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